¿Cómo identificar los plásticos?

Cada vez gana más importancia la reutilización de los plásticos para evitar su vertido a los océanos y al medio ambiente. Para un proceso de reciclado eficiente, es primordial identificar los plásticos para separarlos por los diferentes tipos. De no hacerlo, el proceso de clasificación para su reaprovechamiento se dificulta. 

Pero, ¿Cómo se puede hacer esto de la forma más eficaz? No hay una única forma de reconocer los distintos plásticos. A continuación te explicamos en detalle varios métodos para identificarlos correctamente. 

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Guía de identificación de los plásticos 

Para reconocer los tipos de plásticos, lo más sencillo es fijarse en los símbolos y números que suelen llevar impresos los envases de uso cotidiano. Cada tipo de plástico tiene asignado un código de identificación formado por un número dentro de un triángulo de flechas, el símbolo que identifica al reciclaje. 

En total hay siete códigos, que corresponde con los siete tipos de resinas más comunes: 

  1. PET o tereftalato de polietileno 
  2. HDPE o polietileno de alta densidad 
  3. PVC o cloruro de polivinilo 
  4. LDPE o polietileno de baja densidad 
  5. PP o polipropileno 
  6. PS o poliestireno 
  7. Otros plásticos como el policarbonato 

Cada tipo de plástico tiene unos usos más habituales, debido a sus propiedades. Esto nos da otra pista para identificarlos. Vamos a ver cuales son los productos más comunes que se fabrican a partir de cada tipo de polímero. Conoceremos también el nivel de dificultad para el reciclado de cada uno. 

El PET (polietileno tereftalato) se usa principalmente para envases de bebidas de tamaño pequeño como botellas de agua y refrescos, pero también en otras botellas de uso alimentario. Su proceso de reciclaje de tipo químico es diferente al siguiente de la lista, el polietileno de alta densidad. 

El HDPE se emplea en botellas más grandes, para productos como leche, zumos, aceites o champús. También en biberones o cubos de basura. Su proceso de reciclaje es más sencillo que el PET y es de tipo mecánico. 

El PVC se utiliza para la fabricación de canalizaciones, envoltorios y bolsas. También en ventanas, suelos y carpintería. El cloruro de polivinilo es el plástico más difícil de reciclar, ya que requiere un mayor control de la temperatura y añadido de aditivos, entre otros procesos. 

El LDPE se usa para bolsas y envoltorios finos y flexibles como bolsas de supermercado u orejeras. Este tiene la particularidad de ser uno de los plásticos con un reciclado más sencillo. 

El PP o polipropileno, se emplea en envases de alimentos, frascos, juguetes, textiles e incluso en implantes quirúrgicos. En cuanto a su reutilización, se considera uno de los más fáciles. 

El PS se utiliza sobre todo para tarrinas de alimentos, vasos, platos y bandejas desechables. El poliestireno tiene el proceso de reciclaje más difícil después del PVC. 

El resto de tipos de plásticos, incluidos dentro del código 7, sirven para fabricar lentes o paneles de policarbonato, electrodomésticos; maquillaje en acrílico; mochilas con poliamida; ropa con poliéster, etc. Al tratarse de varios tipos diferentes, los procesos de reciclaje son también variados y en distintos grados de dificultad. 

Aunque hay siete tipos de plásticos identificados con el código numérico, en total se estima que existen varias decenas de variantes diferentes.  

Además, hay que tener en cuenta que no todos los plásticos llevan este código impreso, así que podemos utilizar otros métodos para distinguirlos y separarlos correctamente. 

Reconocerlos por sus características 

Ante la falta de numeración, podemos fijarnos en las propiedades distintivas que permiten diferenciarlos de forma visual y al tacto: 

  • Consistencia: si es rígido, flexible, quebradizo. El PVC es duro y rígido mientras que el PEBD es muy flexible. 
  • Transparencia: transparentes como el PET o translúcidos como el PEAD. Otros, en cambio, son completamente opacos. 
  • Textura: lisa, rugosa o granulada. El polipropileno suele tener una textura rugosa bastante característica. 
  • Colores: incoloro, blanco lechoso, verdoso, anaranjado. Los pigmentos varían. 
  • Brillo: algunos como el PVC tienen mucho brillo, otros tienen un acabado mate. 
  • Olor: algunos huelen a parafina como el poliestireno o a cloro como el PVC.  

Un operario con experiencia puede distinguir los distintos tipos de plásticos rápidamente por estos detalles físicos y organolépticos. Es una habilidad que requiere cierta práctica para adquirirla.  

Este tipo de identificación está cambiando gracias a la inteligencia artificial. La visión artificial en combinación con el aprendizaje automático promete cambiar los sistemas de separación de residuos plásticos a corto plazo. 

Otros métodos: tests químicos y espectroscopia 

Cuando no existe código numérico y la identificación por observación no es de fiar, existen los test químicos. Realizados con cuidado y en pequeñas cantidades, estos tests nos indican de forma fiable el tipo de polímero que compone el plástico. 

Por otro lado, se utilizan principalmente dos técnicas espectroscópicas: la espectroscopía de infrarrojo (FTIR) y la espectroscopía Raman

La espectroscopía de infrarrojo proporciona información sobre la estructura molecular y es empleada para distinguir diferentes tipos de polímeros dentro de una misma familia. 

La espectroscopía Raman es una técnica sencilla que ofrece una huella estructural única. Se ha aplicado con éxito en la identificación de distintos plásticos mediante su análisis espectral. 

Utilidad de identificar correctamente los plásticos 

A modo de conclusión, podemos extraer el conocimiento de que distinguir las diferentes clases de plásticos nos permite

  • Separarlos y reciclarlos de forma eficiente. 
  • Conocer sus aplicaciones y decidir el más idóneo para cada uso. 
  • Ser conscientes del impacto ambiental de cada uno. 
  • Cumplir la normativa sobre clasificación de residuos plásticos. 
  • Fabricar nuevos productos reciclados de mayor calidad. 
  • Contribuir a la economía circular de los plásticos. 
  • Reducir la contaminación ambiental que provocan.  

En definitiva, la correcta identificación de los tipos de plástico es esencial para mejorar su gestión y garantizar un mayor nivel de sostenibilidad